UN SILENCIO ENSORDECEDOR
Tuvo que llegar una pandemia a nuestras vidas para que fuésemos más conscientes de las dificultades de comunicación de otras personas en su vida diaria y dar la razón al poeta, porque hay que hablar por encima de todo: con las piedras, con el viento… o, como en el caso de las personas sordas, con las manos. Así que nos pusimos a la obra de acercarnos a su código, la lengua de signos, y aprender poco a poco algunos de los más básicos. Por ahora ya sabemos saludar y presentarnos.
La actividad nos está sirviendo, de paso, para destapar la sonrisa, ¡nada menos!, porque echábamos de menos ver cómo vamos creciendo y cambiando a la vez que aprendemos.
Aquí os dejamos algunos ejemplos de nuestros trabajos, esperamos que os gusten. Os invitamos a escuchar "Un silencio ensordecedor".
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