MI PRIMER AÑO DE INSTITUTO

LOS ALUMNOS👫👫👫 DE 2 ESO CUENTAN A SUS NUEVOS COMPAÑEROS DE 1º ESO CÓMO FUE SU PRIMER DÍA EN EL INSTITUTO🏫. Y TAMBIÉN ENSEÑAN NUEVAS FORMAS DE DISFRUTAR DEL SOL 🌞Y DEL RECREO📚.



Aún recuerdo el día que pasé de infantil a primaria, para fue un cambio considerable ya que empezamos a tener exámenes, deberes y pequeñas responsabilidades. La verdad que yo quería tener responsabilidades, aunque no muy grandes, porque con ellas venían también las preocupaciones. Lo pasé bastante bien sobre todo los primeros años: hacíamos obras de teatro, jugábamos en clase y teníamos más actividades como excursiones y demás. Me llevaba bastante bien con mis compañeros ya que en esas edades nadie tiene maldad y éramos plenamente felices.  

En primero aprendimos a leer, escribir, sumar, restar, multiplicar… Cada vez que iba a clase me despertaba con una enorme ilusión de aprender y sentirme cada vez más culto, era una sensación que me encantaba tanto que cuando salía a las 2 ya tenía ganas de volver. 

Rodrigo Amez. 

Era mi primer día del instituto. Mi primera sensación del instituto era que aquel sitio se mostraba como un lugar duro, lleno de matones, empollones…vamos, como en las películas. La verdad es que creí que me iba a costar mi primer año, que las notas no se corresponderían con el trabajo. Y pensaba que nada más que acabasen las clases me pondría más feliz que una perdiz, y cuando acabase el curso... ¡ni te cuento! De camino al instituto, en la parada del autobús, ya vi a bastante gente conocida. En el recreo me di cuenta de que estaba equivocado: mis compañeros eran bastante majos, la verdad. La asignatura más difícil para era Lengua y la más fácil Geografía e Historia. Todos los profesores eran agradables y explicaban bastante bien. Cuando llegué a casa, le conté todo lo que había vivido a mi familia y de tanto que les conté, ¡ni los dejé hablar! 

Alejandro Barcia.

Tenía doce años recién cumplidos y era mi primera vez en el      instituto. Tenía bastantes ganas de ir para ver a mis amigos de primaria, saber en qué clase me tocaría y con qué compañeros de primaria coincidiría. El primer día me costó mucho despertarme, acostumbrado a levantarme más tarde. Además el instituto me quedaba bastante lejos y tenía que ir andando durante treinta minutos, por lo que tenía que madrugar más. Al llegar al instituto lo miré con un poco de miedo. Había gente que no conocía y no veía a mis amigos.  Por fin llegaron y me quedé más tranquilo. Cuando entré por primera vez en el instituto lo vi bonito y mucho más grande que el colegio. Nos llevaron al salón de actos para llevarnos a nuestras respectivas clases. Yo quería que me tocara con mis mejores amigos, pero no me tocó con ellos. Me tocó con unas compañeras con las que casi ni me hablaba. Pero aun así no estaba triste, porque en el patio me encontraba con ellos. Me lo pasé muy bien ese año en el instituto.

Íñigo Benítez.

 

Voy a contar cómo fue mi primer día de clase. Me acuerdo de que el día anterior a empezar, estaba ilusionadísima, y muy contenta con conocer a gente, y hacer nuevos amigos. Ese mismo día, me fui a la cama, y la noche se me pasó volando, ya que me acuerdo de que cuando mi madre me despertó, haberle dicho que tenía la sensación de solo haber dormido 10 minutos. Me vestí y desayuné muy feliz, y con ganas de que llegara la hora de ir a clase. El camino a clase, yo lo hice feliz, pero al llegar y ver que muchos de los niños, los cuales iban a ser mis compañeros, estaban llorando, yo me puse nerviosa. No obstante, le di un beso a mi madre y me coloqué en la fila de 3 años B. Yo seguía muy nerviosa, hasta que una niña me preguntó cómo me llamaba. Y llegó la hora de entrar al aula, en la que tuve mucha suerte, ya que, al sentarnos por orden de lista, me tocó sentarme junto a mi nueva amiga. Las clases se me pasaron muy rápido.  Ese día me fue a recoger mi padre. Yo, de lo único que tenía ganas era de llegar a casa para contárselo todo a mis padres.  Y apenas dar la esquina de la escuela, ya tenía ganas de volver al día siguiente.

Lola Bernardo.




En 6º curso yo pensaba que el instituto iba a ser una especie de High School como los de las películas. Unos meses antes de empezar las clases, en el colegio nos llevaron de visita a los dos centros: Barredos y Laviana. Mi idea era venir al instituto de Pola de Laviana. Cuando vi el centro, me llevé una gran desilusión: no era el High School que yo creía, las taquillas no estaban en los pasillos, las puertas eran viejas, las paredes tenían pintadas con boli,... De todos modos, yo seguía teniendo una pequeña esperanza de que, aunque el edificiio no era todo lo moderno que yo quisiese, el curso sí respondería a mis expectativas. El día que empezamos estábamos todos muy ilusionados en la puerta. Y justo en el momento de entrar tuve una mala sensación, pensé que el curso iba a ir de mal en peor, no sé por qué. Con el paso del tiempo, las cosas no fueron tan mal como yo imaginé, y, a pesar de todo, fue uno de los mejores cursos de mi etapa educativa.

Ana Blanco.

El primer día que cruce las puertas del instituto estaba muy nerviosa ya que venía de una pequeña escuela con tan solo 8 alumnos. A pesar de la mala suerte de no tocarme con ninguno de mis amigos en clase, ya dentro me sentí muy a gusto con mis compañeros y me integraron muy bien. Fue un curso intenso a la vez que divertido, los meses que estuvimos juntos antes de la pandemia nos convertimos en una gran familia, nos contábamos cualquier cosa y nos apoyábamos y ayudábamos entre todos. Mi mejor recuerdo de ese curso fueron las excursiones en las que nos divertíamos mucho. Fuéramos donde fuéramos lo disfrutábamos al máximo. Cuando nos dijeron el lugar del viaje de estudios, nos quedamos mudos, teníamos muchas ganas de viajar y compartir más experiencias juntos. Con la pandemia nos comunicaron la cancelación del viaje. Que no pudiéramos viajar fue un jarro de agua fría para todos, y, además, al poco tiempo nos confinaron 

Lucía Cachero.


Era el primer día de instituto, yo me sentía feliz y nerviosa a la vez, ¡porque no todos los días se cambia al instituto!. Llegó la hora, teníamos que ir al que iba a ser nuestro nuevo centro de aprendizaje. Fuimos todo el camino hablando de cómo nos imaginábamos que era el instituto. Sin que nos diéramos cuenta llegamos al centro y nos lo enseñaron un poco. Yo había pensado que sería más pequeño, y me di cuenta de que me iba a perder mucho en los cambios de clase, por eso en los horarios escribí en qué aula tenía cada asignatura para acordarme. Pero no todo podía salir bien: a mediados de curso se desató una pandemia y nos confinaron. En ese momento empezaron las clases en línea, al menos, las tareas eran fáciles. Ya en la desescalada nos dejaron salir y todos lo días después de clase parábamos en la ventana de mis abuelos a saludar. La verdad es que este curso no fue muy común. 

Lucía Castaño.




Lo que puedo contar de mi experiencia cuando  entré al  instituto  es que todo es muy diferente. Hay más libertad en algunas cosas , es más entretenido y hay más gente. Tienes más libertad porque no estás tan controlado como en el colegio. En el ámbito escolar es casi igual , no notas la diferencia  en los deberes y temas para estudiar. El cambio se nota en  la forma de pensar de las personas. El primer día al entrar al  instituto estaba muy nerviosa por la nueva etapa ,pues a mis compañeros ya los conocía de la escuela. Lo que más me preocupaba era la nueva etapa, la materia para los exámenes , no entender las cosas o  las dificultades del curso. Pero resul ser todo lo contrario de lo que me esperaba: fue sencillo , fácil de comprender y parecido al curso pasado. 

Laura Colunga.

  

El verano se había acabado, una nueva etapa para mi vida estaba a punto de comenzar, tenía un poco de miedo y estaba nerviosa, ¿por qué? Porque todavía no me creía que había acabado la primaria y que en menos de un día ya estaría pisando el instituto, un lugar en el que estaba deseando entrar desde principios de verano. El primer día llegó antes de lo que me imaginaba, en un abrir y cerrar de ojos ya estaba delante de un gran portón gris, muchísimos alumnos más y muy nerviosa por cómo iba a ser mi primer día. Sin pensármelo dos veces, entré ahí. Al pasar las tres primeras horas me encontré con mis amigas en el recreo. Todas emocionadas nos contamos cómo iba nuestra mañana. Todas pensábamos que íbamos a tener un gran cambio, pero solo era acostumbrarse. A la hora de salir, nos volvimos a encontrar en la salida  y nos fuimos para casa felices de cómo había sido nuestro primer día.

Olaya Coto.


Un viernes como otro cualquiera empezaría una nueva etapaYo estaba un poco nerviosa, y con alguna que otra duda sobre cómo sería el díaAsí que nada más acabar de desayunar, me vestí corriendo, y me diri a la parada del bus. Al llegar al instituto me puse más nerviosa  pensando en qué profesores iba a tener, con quién me sentaría… Cuando me presentaron a mi tutor me parece muy majo y simpáticoAdemásestaba toda entusiasmada porque me había tocado con mis dos mejores amigas y eso cambiaba mucho las cosaspues íbamos a pasar todo el año juntas. La primera impresión que tuve decentro fue que era inmenso y les hice a mis amigas uno de esos comentarios que luego suelen ser verdad: 

-Esto es inmenso y nos vamos a perder. Lo susurré para q los profesores no nos riñeran ya nada más enmpezar el curso 

así fue porque nos tocó el aula 101 (aquel año pudimos elegir donde y con quién sentarnos), y cuando llegó la hora de ir a Música, el aula 109, mis amigas y yo nos perdimosmenos mal que algunos compañeros que ya conocían el centro nos ayudaron a llegar a tiempo. Despuéstocaba Francés y un niña necesitaba ir al bañoasí que fuimos todas juntas a buscarlopero solo encontrabamos el de chicos. Como pasaba una profesora por allí le preguntamos, y nos explicço q los baños eran mixtos. 

Llegada la hora del recreo, nos juntamos todo nuestro grupo de amigas y empezamos a hablar de los profesores, los compañeros El resto del día me paso volví a casa con muchas ganas de contarle a mi familia lo que había hecho ese día 

Lola Cuendia.





El primer día de instituto empezó más tarde que el de primaria, lo cual significó que ese sería el verano más largo de mi vida. A medida que el primer día se acercaba, mis nervios aumentaban y mis ganas de empezar también. La noche anterior me moría de ganas por saber con quién me tocaría ir a clase. 

Todavía me acuerdo de que fue un viernes cuando empezamos el instituto. A las ocho y veinticinco nos amontonamos todos en el hall de entrada para leer las listas ¡qué aliviado me sentí cuando vi que me tocaba con amigos! 

El instituto fue mejor de lo que me esperaba. Me gustó mucho ir al festival de Cine de Gijón, la exposición de cómic y la clase de orientación de Educación Física. Todas las actividades fueron interesantes y entretenidas. 

Por desgracia lo malo del curso fue que en marzo se desencadenó una pandemia y no pudimos continuar el curso en clase. Al principio pensamos que la cuarentena sería como unas pequeñas vacaciones, pero después nos dimos cuenta de que acabaría siendo una horrible pesadilla.    

Mateo Gómez.


Mi primer día de clase en el instituto fue distinto a otros años. Al llegar al centrome estaban esperando mis amigas y todaestábamos muy nerviosas. Todamiramos una lista para saber qué nos había tocado y a qué clase íbamos. Al entrar en el aulanuestro tutor ya nos estaba esperando y nos colocó por orden de lista en las mesas. Después fueron pasando   los demás profesores de cada asignatura, explicándonos qué haríamos en el curso y las normas que debíamos cumplir. Al recreome volví a encontrar con mis amigos y hablamos de los profesores que nos iban a dar clase, el horario que íbamos a tener y qué nos habían parecido los profesores. Al finalizar las clasesnos fuimos todos para casa muy contentos por nuestro primer día.  


Iris Lastra.


Martes día 27 de septiembre (día anterior del día del instituto), estaba muy nervioso sabiendo que el día siguiente era el inicio del instituto después de un raro verano. A las 23:00 me fui a la cama, no podía dormir de lo nervioso que estaba. Miércoles día 28 de septiembre (día del instituto) me he levantado a las 7:15 de la mañana, me visto, desayuno, me lavo los dientes, cojo la maleta y para el instituto. Llego a las 8:20, y estaban todos o la mayoría de los niños en el patio con cada tutor. He ido a la fila con mi tutor, y para la clase. Al llegar a la clase nos sentábamos en orden de lista. El tutor nos iba diciendo cómo iba a ser las clases (también los otros profesores), y así hasta que llegó la hora en que los alumnos y profesores fueran para casa. 

Thomas William.




Cuando tenía 11 años, empecé mi primer curso de la ESO. Mi primer día me sentía muy cansado, ya que había empezado a levantarme a las siete de la mañana, aquella noche estaba nervioso por empezar y por eso dormí mal. Llegué al instituto y vi a todos mis compañeros apelotonados mirando las listas de las clases para ver con quién nos había tocado y a qué aula tenía que ir. Miré la lista y me fui al salón de actos para saber qué tutor/a me correspondía.  Nos diririgió a la clase y nos asignó un asiento. Yo al principio estaba cómodo con mi clase, pero despúes  empezaron a surgir problemas. Desgraciadamente en marzo apareció el terrible y contagioso virus del Covid-19, ahí empezaron los contagios y nos tuvieron que confinar a todos.  Desde ese momento tuvimos que hacer todas las tareas por Teams en casa.  

Asier Álvarez.


El primer día llegué al instituto con muchas ganas de empezar. Quedamos mis amigos y yo para ir andando al instituto. Nada más llegar, me di cuenta de que empezaría una nueva etapa en mi vida con muchas responsabilidades. Cuando supe los compañeros que me habían tocado, me emocioné ya que todos me caían muy bien. Al recreo me encontré con mis amigos en la mesa de ping pong, después estuvimos dando vueltas por todo el patio comentando todo lo que habíamos hecho. Me encantó el primer día de instituto. 

Izel Gutiérrez.



Esta es una de mis muchas experiencias que tengo desde que llegué al instituto y también la más complicada para que tuve que enfrentar. Llegué al instituto con muchos amigos, pero muchos ya ni me hablan (ni les hablo yo). La razón de ello es que todo cambia al entrar al institutounos pasan a ser “populares" y otros, como es mi caso, gente “normal". Te vas dando cuenta de que muchas de las personas que creías conocer ya no quieren hablar contigo por el hecho de que ya no somospor así decirlo, iguales, hacen nuevos amigos y se olvidan de los antiguosTampoco esto tiene que agobiarte pues no significa no tener más amigos, significa conocer otras nuevas personas en las cuales nuevamente podrás confiar, o sea, que no es el fin, para nada yo lo veo más como el principio, el principio de abrirse a nuevas amistades. En realidad, esto es consecuencia de la adolescencia. A veces ser adolescente es difícilsi pudiéramos ver el tráiler de nuestras vidas en ocasiones nos parecerían muy aburridas, y por momentos también nos daríamos cuenta de que nos pueden pasar cosas horriblesY eso es todo, de parte de CHLOE FERNÁNDEZ.  




Entradas populares