ELIJO SER ÁRBOL
“Una sociedad no es
mejor que sus bosques” (W.H. Auden).
“¡Nada debería ser
llamado crecimiento si no crecen también los árboles!” (J.A.)
Hace aproximadamente 2200 años, en el occidente europeo, se desarrolló un calendario y alfabeto celta, conocido como ogham, cuyo cálculo del tiempo guardaba una estrecha relación con el entorno y sus fenómenos naturales. Además, el sistema de escritura denominó a cada uno de los signos o grafías de su alfabeto con un nombre de una planta (árbol, arbusto o hierba) del entorno. Hace aproximadamente 2200 años, los celtas ya habían entendido la trascendencia de los árboles para el hombre.
Los árboles no son simplemente
madera, son una compleja red de vida interdependiente. En el bosque, los
árboles se comportan como seres sociales y cooperativos conectados por circuitos
subterráneos a través de los cuales se comunican, y tienen vidas comunitarias
no muy diferentes de las nuestras.
Los árboles son las
superestructuras vivientes por excelencia. Representan la forma de vida más
grande que muchos de nosotros podremos conocer, y esa característica debería
ayudarnos a los seres humanos a no sentirnos superiores, a coger perspectiva
con nuestros egos.
Los árboles nos alimentan, nos
protegen, nos inspiran y nos curan. En este mundo que tiene que plantar cara a
la destrucción de la selva amazónica y al desastre climático ineludible,
resulta estúpido despreciar la importancia de estos originarios seres vivos
para nuestro futuro.
Llega ya nuestra exposición anual para celebrar el Día del Libro, que este año también celebra a los árboles. Esta exposición quiere abrirte
los ojos y la mente (y quizá también el corazón) a la belleza, la ciencia y la
importancia de los árboles no solo para la humanidad, sino para toda la vida en
la Tierra. Que siempre hayan estado ahí, que nos sobrevivan, es un mensaje de
los árboles para los hombres. Vaya pues esta exposición como búsqueda y
acercamiento al espíritu de los árboles, como reconciliación de una antigua
amistad (la de árboles y hombres), de la que tanto depende nuestra
supervivencia y nuestro bienestar. Puedes visitarla en la primera planta del edificio del CIDAN. Está abierta a todo el público desde el 21 de abril hasta el 15 de mayo. Y, si te animas, puedes jugar con nosotros: solo tienes que usar tu móvil para leer el código QR que se encuentra en la puerta de entrada, junto al título de la exposición. Accederás a un cuestionario con preguntas sobre los temas abordados en la exposición.
“Los árboles tienen
pensamientos dilatados, prolijos y serenos, así como una vida más larga que la
nuestra. […] Quien ha aprendido a escuchar a los árboles, ya no desea ser
árbol. No desea ser más que lo que es”. (Herman Hesse, El viandante).
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